16 abr 2014

Lars

Cuando, a la hora de presentar "Melancolía," en Cannes, Lars von Trier hizo su declaración "graciosa" a favor de Hitler, completó un acto personal que representa una buena metáfora del estado de su obra, y que las dos partes de su último film, "Ninfomanía", expresan bien. El talentoso director se convirtió en un niño caprichoso, que apela a los extremos (Hitler) para provocar y generar interés sobre un discurso que ha perdido gracia y sentido, pero que todavía pretende aparecer como profundo cuando es superficial, pretencioso y bobo. La historia -la suya- está lejos de haber terminado, pero su estado actual es penoso.

1 comentario:

Desde NYU dijo...

Ha hecho una descripción exacta de la situación en la que estamos con mi pareja en la NYU. El está haciendo un master en nuevas tecnologías, yo en políticas públicas. Chilenos, colombianos y mexicanos gozan de becas totales por parte de sus gobiernos y yo estoy esperando desesperada dos respuestas de beca para ver si continúo mis estudios el año que viene...Digamos que desde hace muchísimos años la Argentina no piensa en la educación como inversión sino como gasto. Al margen, haciendo referencia de alguna manera al capital humano de nuestro país, me gustaría leer una reflexión suya acerca del fallecimiento de Eliseo Verón.